Un enfoque particular del escenario preelectoral de River Plate: es inmoral que en un club casi en quiebra -hay graves problemas de infraestructura que soportan los socios- haya candidatos gastando fortunas; también es inmoral que muchos de ellos -vocales activos en la actual Comisión Directiva- pretendan comportarse como si no tuvieran responsabilidad en el derrumbe.Es reprochable que varios de los presidenciables hayan mantenido vínculos (ocultos y/o comprobables) con los delincuentes denominados 'barrabravas'. Es condenable que varios presidenciables sean apoyados por 'el gordo' José María Aguilar, el peor presidente en la historia de River. Y es estúpido gastar dinero en campañas masivas cuando los que votan son socios muy específicos y resultaría más provechoso direccionar el mensaje y la inversión. Pero siempre es bueno conocer otras opiniones.
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