lunes, 5 de octubre de 2009

Cabral y Fabbiani entregaron el partido

Por primera vez en mucho tiempo, el equipo era puro sacrificio para quebrar la racha negativa como visitante. Ganaba 1-0 y todos metían, pero a poco del final, Cabral y Fabbiani regalaron el partido. El defensor cometió un penal inescrupuloso que significó el empate del rival y el Ogro evitó lo que hubiera sido el gol de la victoria con un nuevo taco atroz. En cambio, San Lorenzo no perdonó y Romeo dio vuelta el resultado. Basta… por favor, ¡basta de mediocres!

Lo bien que hizo Gorosito en renunciar antes de jugar el partido… se la veía venir y tiró la toalla antes de comerse la responsabilidad de otro papelón sin dividir cuentas con los jugadores. Es que con la derrota de hoy en el Nuevo Gasómetro, volvió a quedar en claro que detrás del técnico se tiene que ir mucha de esta gente que el club de Núñen tiene por jugadores. Ni ellos ni Pipo están a la altura siquiera de ponerse las medias de River.

Ya lo había anticipado Almeyda, cuando señaló que no se le podía mentir a la gente, que la ida del técnico no cambiaría nada. Y así lo ratificaron en el Bajo Flores dos de sus compañeros, dos de los principales responsables de este 2009 vergonzoso y nefasto, como lo son Gustavo Cabral y Cristian Fabbiani. En mayor o menor medida, estos dos mamarrachos que manchan la camiseta han regalado un sinfín de partidos a base de desvergüenza y falta de compromiso.

Como lo hicieron en los diez minutos finales de esta tarde ante San Lorenzo, en donde ambos resumieron la entrega y las ganas que tienen de sacar a este equipo adelante. Porque cuando todo River era puro sacrificio para mantener el 1-0 parcial y quebrar la racha adversa de visitante que empaña la historia del club, Cabral se despachó con dos trompadas inescrupulosas hacia Bottinelli, como si estuviera en el potrero de su barrio, de donde jamás debió haber salido este animal que La Banda tiene por marcador central.

Y porque Fabbiani podrá ser carismático, panzón, robusto o el mejor atleta de la historia, pero si no tiene ganas ni intención de levantar cabeza, mejor que se vuelva de joda a Rumania. Este River en llamas necesita jugadores que se comprometan y dejen la vida para devolverle el prestigio que le han robado, y eso no se logra con tacos sobradores ni firuletes tribuneros. Por el contrario, cuando ya todo está perdido, la grandeza y la capacidad para revertir esta historia se demuestra con el alma. Cosa que ni Cabral ni Fabbiani han hecho.

Fuente: LPM