Haciendo un poco de historia, es inevitable trazar un paralelismo de la actual situación riverplatense con la que vivía el club a fines de 1983. Presentes desdibujados, falta de identidad, pésimos resultados deportivos, directores técnicos que no son capaces de enderezar el rumbo, rivales que no respetan la camiseta, arbitrajes perjudiciales, jugadores mediocres y sin clase para jugar en River y un crucial acto eleccionario a fin de año. Todo concuerda para elaborar un análisis en que las coincidencias entre 1983 y 2009 superan con creces a las diferencias.
Vale recordar que fue en el Campeonato de Primera División 1983 cuando River Plate finalizó en un penúltimo puesto tan triste como merecido, solamente dos puntos por encima de Racing de Córdoba. Sin embargo, el elenco millonario no descendió porque justo en ese torneo se inició el sistema de promedios que rige hasta la actualidad. Cabe destacar, más que nada por la injuriosa versión que ha circulado en el ambiente que indica que “pusieron el promedio para salvar a River”, que el sistema había sido aprobado en la AFA dos años antes y que ya desde ese momento se sabía de su implementación a partir de 1983. Que fue efectuado para salvar a los clubes grandes, especialmente tras el descenso de San Lorenzo en 1981 es bien cierto, pero que fue hecho exclusivamente para salvar a River es una auténtica falacia.
Volviendo al desempeño futbolístico de ese 1983, hay que recordar que River había iniciado el año disputando el Nacional y para eso había contratado como técnico a José Varacka, mientras que se intentó mejorar el discreto plantel anterior con las incorporaciones de Alberto Bica, Roque Erba, Oscar Trossero, José Luis Zuttión, Héctor Enrique y con un fichaje resonante y dilatado: Enzo Francescoli. La actuación en el Nacional fue mediocre, ya que River apenas clasificó tercero en el grupo de la primera fase, sorteó con mayor eficacia la segunda, derrotó a Vélez en octavos de final, pero cayó en cuartos ante un gran Argentinos Juniors dirigido nada menos que por Ángel Labruna.
Tras la finalización del Nacional, conquistado por el gran equipo del momento, Estudiantes de La Plata (otra coincidencia con este 2009), dio comienzo el Campeonato. El 26 de junio, en el Monumental y por la tercera fecha Francescoli dio la victoria sobre el final al equipo de Varacka ante Rosario Central, dejando a River como uno de los punteros. Pocos imaginaban que a partir de ese momento se iniciaba la pesadilla. Un grave conflicto entre los futbolistas del plantel profesional y la comisión directiva encabezada por el presidente Rafael Aragón Cabrera y el vicepresidente Patrick Noher provocó que todos los futbolistas, salvo Ubaldo Matildo Fillol se consideraran jugadores libres. Ante la persistencia de la medida de fuerza por parte de los profesionales, dos semanas después, el 10 de julio, River se presentó en el Monumental con un equipo formado íntegramente por juveniles ante Unión, que venció por tres a cero. Cuatro días más tarde, los chicos -a los que dirigía Martín Pando- daban la sorpresa y derrotaban a Platense en Vicente López. En total, la formación juvenil disputó siete encuentros, ganando dos (Platense e Instituto), igualando uno (Independiente, futuro campeón y en Avellaneda) y cayendo en cuatro (Unión, Huracán, San Lorenzo y Racing de Córdoba). En la imagen, el conjunto que derrotó a Instituto. De izquierda a derecha, arriba: Alejandro Montenegro, Néstor Gorosito, Adrián Rodríguez, Carlos Karabín, Guillermo Nicosia, Ariel Dacko. Abajo: Sergio Mercado, Mariano Dalla Líbera, Sandro Andreani, Néstor De Vicente y Fabio Nigro. River triunfó con un gol de cabeza de Mercado. Como bien se puede observar en la foto, el actual entrenador riverplatense, Néstor Pipo Gorosito, disputó todos los partidos jugados por ese elenco de emergencia y, además, fue capitán en varios de ellos. Otra coincidencia más, 26 años después.
Como se aseguró antes, River terminó el torneo en penúltima posición, pero sería injusto cargar con todo el peso de esa mala campaña a los chicos, pues de las 17 derrotas del equipo, ellos fueron tan solo responsables de cuatro, mientras que de las escasas diez victorias, ellos lograron dos. Por lo tanto, es un grueso error histórico afirmar que River salió penúltimo por jugar con pibes. De los 36 partidos del torneo, 29 lo jugaron los profesionales y fueron ellos, los dirigentes y el entrenador los auténticos culpables de tan pobre campaña.
El 14 de agosto volvieron los profesionales en un partido ante Newell’s en el Monumental, en el que triunfó River con tanto de Alberto Bica. En esa soleada tarde, se registró el que quizás haya sido el mayor abucheo y rechazo de la hinchada de River a sus propios jugadores en toda la historia. Esa tarde se gritó e insultó a todos los jugadores y casi ni se celebró el gol del triunfo. El que se fue y jamás regresó al arco de River fue Fillol, que estaba en conflicto con el club por una cuestión de indumentaria, ya que él vestía Le Coq Sportif mientras el club tenía un flamante contrato con Adidas. A raíz de eso, el Pato no había quedado libre por estar al día con su contrato y debía jugar con los juveniles, cosa a la que se negó. Tras esto y la firmeza del arquero en la negativa de usar ropa Adidas, el club decidió transferirlo a Argentinos Juniors.
River terminó de manera penosa esa temporada, con un equipo sin rumbo y con Varacka renunciando tras perder contra Ferro en Núñez, quedando Jorge Dominichi al frente del plantel. También sufrió la muerte de Oscar Trossero, el 12 de octubre tras perder en Rosario ante Central. Como si fuera poco, también falleció Labruna, exiliado en Argentinos Juniors.
En diciembre, Hugo Santilli ganó las elecciones presidenciales y la historia tomó otro rumbo. Tres de los chicos que figuran en la foto, Montenegro, Gorosito y Karabín lograron tan solo dos años y medio después el gran título de la temporada 85/86 e incluso los dos primeros fueron figuras en la obtención de la primera Copa Libertadores de la historia del club.A 26 años de esta recordada y triste etapa del club y con tantas coincidencias con la situación actual, todos los riverplatenses desean que tras haber tocado fondo, a partir del próximo año cambie la historia y que River vuelva a tener la grandeza que supo conseguir a través de más de un siglo de rica tradición futbolística.
Fuente: LPM
Un River decadente debe recuperar la grandeza
Hace 22 horas