
Fue sincero al admitir que pensó en irse y que entre algunos jugadores no hay tanto diálogo. Como contrapartida, no es cierto que su trato con el plantel no cambia juegue uno u otro: a varios de los que sacó, ni les habla. ¿Por qué sigue? Con eso de que si se va le haría mal al club pareciera priorizar un favor a los dirigentes que no quieren buscar una solución, antes que creer que él puede sacar a River adelante. ¿Y si el equipo sigue perdiendo? ¿Y si su mensaje sigue sin llegar? ¿Y si la Promo se sigue acercando? ¿Hay plazos? Preguntas que solamente el tiempo va a responder.
Fuente: Diario Olé