Desde el domingo se esperaba la voz de Gorosito. Los antecedentes hacían pensar en una conferencia picante, como cuando desafió a un periodista por publicar que había diferencias entre él y el plantel o como cuando avisó que tenía "pelotas" para seguir. Pero no fue así. Esta vez, el DT no expuso sus "pelotas" como sustento. Calmo, sin desafiar ni entrar en polémicas, mostró un libreto cuidado durante 13 minutos, tres más de lo que había prometido hablar.
Fue sincero al admitir que pensó en irse y que entre algunos jugadores no hay tanto diálogo. Como contrapartida, no es cierto que su trato con el plantel no cambia juegue uno u otro: a varios de los que sacó, ni les habla. ¿Por qué sigue? Con eso de que si se va le haría mal al club pareciera priorizar un favor a los dirigentes que no quieren buscar una solución, antes que creer que él puede sacar a River adelante. ¿Y si el equipo sigue perdiendo? ¿Y si su mensaje sigue sin llegar? ¿Y si la Promo se sigue acercando? ¿Hay plazos? Preguntas que solamente el tiempo va a responder.
Fuente: Diario Olé
Un River decadente debe recuperar la grandeza
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