Por el lado del equipo de Néstor Gorosito, se destaca el optimismo que generó en el plantel el reencuentro de Ortega y Gallardo. No sólo por el buen clima interno, si no también por la expectativa deportiva que los ídolos despiertan. Es que si algo le faltó a River durante el último año fue un jugador capaz de hacerse cargo del grupo dentro de la cancha, de la conducción. Y al Muñeco ahora se le asociará el 10 que mejor condujo a La Banda desde mediados de los noventa hacia delante: el Burrito. Por eso, -en la previa al inicio del semestre- al menos da la sensación que la calidad de juego está garantizada.
Sin embargo, Gorosito y todo el Mundo River sabe que sin refuerzos difícilmente se logren los resultados esperados. Porque el equipo además de no contar ni siquiera con un once titular confirmado, tampoco tiene demasiadas variantes. El caso de los delanteros es el mejor ejemplo de ello y se verá reflejado en la primera fecha del Apertura, cuando Fabbiani no pueda jugar por acumulación de amarillas. Ahí será el turno de los pibes y hoy por hoy Gorosito no le dio la suficiente confianza a ninguno como para jugar sin presiones.
Mientras que por el lado del equipo de Luis Zubeldía, el panorama no resulta alentador por las importantes bajas que sufrió el plantel. Bossio, Sand y Valerise fueron de Lanús durante el actual receso, y posiblemente en las próximas horas se les sume el pibe Salvio. Por eso, el conjunto Granate ya no es el mismo que tantas veces complicó a River, aunque tampoco se lo desmerecer porque todavía cuenta con jugadores desequilibrantes, como Marcos Aguirre. Pero menos aún porque Zubeldía es un técnico que pregona la prolijidad y eso después se ve plasmado en el campo de juego. Incluso, de esa misma manera lo destacó la nueva incorporación del club del sur, Santiago Salcedo: “La diferencia con River es que Lanús juega por abajo”.
Fuente: Riverplate.com