¡Habló Aguilar! Autocrítico y defensor de su ciclo, dijo que la cesión de partes de jugadores para las obras es "una fórmula inteligente".
¿Le preocupa qué va a pasar con usted después del 5 de diciembre, pensó qué va a ser de su vida después de River?
-Una parte dependerá de mi esposa, si es que me abre la puerta de casa. Y después, está a la vista que necesito con urgencia un examen médico que me permita recuperar una forma aceptable...
Un guiño de ojos le alcanza para distender. Sabe qué decir, cuándo y cómo. Ya es secundario que el motivo de la cita haya sido la puesta en marcha del Instituto Universitario del Deporte River Plate. Aunque hoy cueste encontrarla, José María Aguilar mantiene intacta su cintura. Y juega el juego que tal vez no sea el que más le guste, pero que, es evidente, no lo asusta. Juan Carlos Pugliese, rector del nuevo área educativa del club, mira sin saber si quedarse a su lado o levantarse. Más cuando el presidente demuestra sus ganas de dar cátedra. "Pueden preguntar cualquier cosa que no tenga que ver con lo universitario. No hay ningún problema. Hace mucho que no tengo el gusto de compartir una sala con ustedes", dice. Y al pedirle que defina su trabajo al frente del club, no espera que el timbre lo salve para ir al recreo. "Creo que tuve una gestión discreta. Algunos logros están a la vista y otros se verán con el tiempo. Mi labor ha sido discreta porque no creo tener las cualidades suficientes para que haya sido brillante y hemos fallado más de lo que la prudencia hubiera indicado", afirma.
La sala de sesiones de Comisión Directiva se asemeja a un aula. Y Aguilar se siente cómodo. No hay bolillero, pero los temas caen por sí solos. Y aunque se acerca el fin del ciclo lectivo, prefiere no hacer un balances parcial ni final. "Lo haré más adelante", concede. Y ahí nomás, aclara que "en estos años han sucedido muchas cosas. En lo futbolístico, River ganó cuatro torneos locales y llegó a tres semifinales y a una final continental, pero siendo un club futbolero estamos en deuda. Nos hemos equivocado mucho más de lo que hubiera correspondido".
El Museo, el estacionamiento techado, el crecimiento del predio de Ezeiza y la misma Universidad son motivo de orgullo para José María. Incluso, sí, la remodelación del Monumental que dispara una de las pruebas más difíciles de la tarde: explicar la cesión de distintos porcentajes de cuatro jugadores (Abelairas, Barrado, Gustavo Fernández y Domingo) para pagar la mano de obra del reciente cambio estético del estadio. "Es un contrato muy complejo, ya que pintar el Monumental era una obra de una envergadura para la que River no tenía liquidez al no haber vendido futbolistas. Y encontramos una fórmula que nos pareció lo suficientemente inteligente y que en el mejor de los supuestos para aquellos que han hecho la obra (Sinteplast - San Luis) pueden llegar a obtener una cifra de 300.000 dólares superior a lo que indicaba el costo, ya que cuando se llegue a ese tope, cae el porcentaje de cualquier jugador".
Pugliese aprovecha un descuido y cuenta que seis son las carreras que se podrán cursar. Y aunque nada dice Aguilar sobre cuál le gustaría estudiar si pudiera volver el tiempo atrás, sí advierte que hay una sola razón para explicar porqué el último balance fue aprobado con déficit tras siete ejercicios con superávit. "Los clubes de fútbol en la Argentina tienen aproximadamente un 50% de sus ingresos en la venta de sus jugadores. Y River no vendió. Ahí está el secreto. En el 2001 vendimos por más de 50.000.000 de dólares, mientras que ahora solamente lo hicimos por 6.000.000 de dólares. Es una frustración, sí", concede. Y encariñado como cualquier maestro, avisa que a él también se le haría difícil desprenderse de uno de sus alumnos más queridos: Diego Buonanotte, a quien cada vez se lo relaciona con más fuerza con el fútbol mexicano. "En el último año escucho una oferta por día por Buonanotte. Y últimamente este tipo de llamados se han repetido con más fuerza. Pero acá no ha llegado ninguna oferta concreta. Además, me parece prudente que el tema lo trate el próximo presidente. Esta Comisión Directava, salvo que aparezca un jeque árabe y provoque una revolución que facilite la gestión del próximo presidente, no tiene previsto llevar adelante una transferencia".
La política se mete en la charla. Y obvio, Aguilar avala aquello de que cada maestro tiene su librito. "Lo importante es pensar en River y ofrecer ideas. Pero se nota que ninguno de los cinco candidatos me ha querido como asesor de campaña, razón por la cual no tengo mucho más para decir. Quiero que el 5 de diciembre sea un día de fiesta. Yo voy a extrañar, pero voy a estar bien: gozando, disfrutando y agarrándome la cabeza conforme le vaya al equipo. Cualquiera sea quien gane las elecciones, va a lograr la recuparación futbolística que River está necesitando y nosotros hemos fallado".
Fuente: Diario Olé
Un River decadente debe recuperar la grandeza
Hace 21 horas