Sin Fabbiani, Andrés tuvo su oportunidad, desperdició dos claras y demostró que a River le sigue faltando un 9.
"Tiene cosas de crack", sentenció Néstor Gorosito y, así, de la nada, Andrés Ríos pasó de no ir a la pretemporada en Canadá a ser el primer recambio de Cristian Fabbiani. Pero por lo visto, los goles están del otro lado del Ríos, del Río de la Plata, es decir, los que gritan los uruguayos Santiago Silva y Sebastián Fernández. Porque en River hay un Ríos que no moja.
Andrés no podrá decir que no tuvo chances. De hecho, contó con las dos más claras, clarísimas, de la visita en el Sola. Primero, en lo que ya era el 1-1, le pifió al cabezazo tras el único buen centro de Ferrari. Y más tarde, después de acomodarse bien y ganarle la posición a Barraza, mandó a la tribuna una pelota que le quedó picando a cinco metros del arco.
A los 15 minutos del segundo tiempo se le agotó el crédito a Ríos. Su lugar lo ocupó Gonzalo Gil, otro purrete de Inferiores que, valga la aclaración, no tuvo ni se generó las oportunidades como Andrés. Por ende, entre la prolongación de un sinfín de males, uno de los más evidentes fue la falta de definición que sufre el equipo de Pipo. Se extrañan los goles de Falcao, claro, y hasta Fabbiani, con tres pepas en 22 partidos oficiales, ya parece un experto en la materia.
Fuente: Diario Olé
Un River decadente debe recuperar la grandeza
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