Paniagua debutó en River con apenas dos prácticas junto a sus nuevos compañeros y lo sintió. Flojo.
Seguramente, para Miguel Paniagua no fue el debut soñado: el guaraní no sólo se estrenó con una derrota, sino que no logró hacer pie en su primera vez en el mediocampo de River. Ayer, al menos, el equipo extrañó el roce de Oscar Ahumada.
Con apenas dos entrenamientos junto a sus nuevos compañeros (apenas una práctica de fútbol y otra de pelota parada), el volante central paraguayo salió a la cancha en reemplazo de Ahumada, pero no se lo notó cómodo. Nervioso, bastante impreciso, y aún en plena etapa de adaptación a su nuevo equipo, Paniagua jugó con la cola muy cerca de los marcadores centrales -casi como un 5/6- y le costó encontrar su lugar en la cancha. Ayudado por los consejos permanentes de Marcelo Gallardo, el paraguayo buscó marcar presencia en la mitad de la cancha pero terminó absorbido por la confusión general de River. Contra Chacarita, al menos, tendrá una semana más de trabajo en Núñez.
Fuente: Diario Olé
Un River decadente debe recuperar la grandeza
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