El volante había sido marginado por Gorosito tras las llegadas de Paniagua y Almeyda, pero con el “todos arrancan desde cero” del Negro Astrada, Nicolás recuperó terreno. En el último entrenamiento, el técnico lo probó como doble cinco junto al Pelado y hoy quedaría definida su titularidad frente a Huracán.
Nicolás Domingo tuvo un inicio de temporada tan cambiante como decepcionante. Es que a la renovación de su contrato por tres años y la partida de Oscar Ahumada que todo el Mundo River daba por hecha, le siguieron dos incorporaciones que de un día para el otro lo sacaron de una titularidad previsiblemente segura para ponerlo prácticamente puertas afueras del Monumental. Sin embargo, dos meses después y con el regreso de Leonardo Astrada a la conducción técnica del conjunto millonario, parece que la suerte del volante volvió a pegar un volantazo.
Al menos así quedó demostrado durante el entrenamiento del miércoles en Ezeiza, donde el técnico lo incluyó dentro del equipo titular para improvisar un doble cinco junto a Matías Almeyda. Ojo, sólo se trató de una prueba, claro está, pero fue más que suficiente para advertir que -a diferencia de Gorosito- Astrada sí lo tendrá en cuenta. Pipo, en cambio, priorizó al paraguayo Miguel Paniagua por sobre Domingo y, con el posterior arribo de Almeyda, directamente terminó por desterrarlo del plantel.
Fue ahí entonces, a mediados de agosto, cuando Nicolás declaró que había recibido “un golpe de realidad” y empezó a escuchar ofertas para continuar su carrera fuera de Núñez. Ofertas que jamás prosperaron y que hoy le permiten la posibilidad de volver a soñar con ganar un lugar en River. Aunque para eso, Domingo deberá comprender que de un volante central de La Banda no sólo se espera amor por la camiseta, entrega y esfuerzo, sino también marca y recuperación, dos aspectos fundamentales y que hasta aquí no le permitieron asentarse como el cinco de River.
Fuente: LPM
Un River decadente debe recuperar la grandeza
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