Después de que D’Onofrio se proclamara ganador por dos votos, la Junta Electoral de River confirmó que Passarella es el nuevo presidente: ganó por apenas seis votos en la elección más peleada y con mayor cantidad de votantes en la historia del club.
Ocho años de desconcierto no podían culminar de otra manera. Esta madrugada, Daniel Passarella se consagró presidente de River luego de que D’Onofrio, con quien peleó la elección voto a voto, se proclamara ganador y desatara una fiesta de cantos, llantos y fuegos artificiales por todo Núñez.
Pero claro que a ese desenlace insólito lo precedió toda una jornada vibrante, que inició con el voto de José María Aguilar. El todavía titular de la institución votó a las nueve de la mañana y después siguió la evolución de los sufragios desde su despacho, en el primer piso del Monumental. Abajo, la concurrencia masiva de socios plebiscitaba su gestión a través del ‘voto bronca’. Más de 14 mil personas (cifra que superó a los 12 mil votantes de 1968) se abalanzaron contra las urnas para elegir al sucesor del peor presidente de la historia.
Y lo hicieron marcando dos tendencias tan claras como opuestas: durante la mañana, el que se impuso en todos los boca de urna fue Rodolfo D’Onofrio, mientras que Passarella y Caselli peleaban la segunda posición. Sin embargo, el panorama se revirtió después del mediodía. El ex técnico empezó a crecer exponencialmente para pasar a ganarle por muy pocos puntos a D’Onofrio, que para esa altura penaba por la llamativa y extraña ausencia de Enzo Francescoli. Entonces, con Caselli descartado de la pelea desde muy temprano, el cierre de los comicios se centró en Passarella y D’Onofrio.
Así lo ratificó el dramático conteo de votos, que desde las 21 empezó a notificarse a través de un plasma ubicado en el hall central del club. Cada resultado parcial devino en un ataque de nervios generalizado, porque la diferencia entre uno y otro jamás superó los 120 votos de diferencia. Por eso, después de las 23, cuando se anunció que el escrutinio del cien por ciento de las mesas dio ganador a D’Onofrio por sólo dos votos, nadie prestó atención a la línea que indicaba: “Paso a escrutinio definitivo con dos votos de diferencia a favor de D’Onofrio y 5 observados”.
Para ese momento, los seguidores del aparente ganador ya habían desatado una fiesta en el hall, que luego trasladaron a la calle. Pero finalmente, casi tres horas después, la Junta Electoral determinó que Passarella era el presidente electo por seis votos de diferencia. ¿Qué pasó en el medio? No queda claro. Si D’Onofrio ganaba por dos votos y los observados eran cinco, ¿cómo se llegó a la diferencia de seis? Confusión y más confusión en una elección increíble e histórica.
Fuente: LPM
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