miércoles, 2 de diciembre de 2009

Almeyda: "Con un 9, hubiésemos tenido 10 goles más"


El Pelado tiene razón. Y alcanza con mirar la tabla para confirmarlo. Porque, salvo Vélez, todos los de arriba tienen un delantero derecho con el arco: Boghossian convirtió nueve para Newell's; Silva, 13 para Banfield; Nieto, 11 para Colón; y tanto Boselli como Gandín (a quien Gallego usa en otra posición) metieron nueve en Estudiantes e Independiente, respectivamente. En cambio, el goleador de River es Buonanotte, con seis tantos, mientras que Gallardo y el Keko Villalba hicieron tres cada uno. Ah, Fabbiani, el más 9 de todos, no gritó ni una sola vez. "River siempre tuvo esa clase de jugadores. Y no sólo uno, sino que había varios que peleaban por ese puesto y que convertían mucho. Es muy valorable el esfuerzo que han hecho los chicos que jugaron en ese lugar, pero no es su característica", dice Almeyda, repitiendo que para el año que viene el equipo necesita a ese hombre de área que asegure un buen caudal de goles y de puntos.

La mayoría de los entrenadores suelen analizar que para pelear un campeonato necesitan un 9 que sume al menos entre ocho y diez goles, más un aporte importante de los volantes ofensivos. En el último River campeón (Clausura 08), por ejemplo, entre Falcao y Abreu convirtieron ocho, y Buonanotte festejó nueve. Ahora, Astrada cuenta con los porotos que pueden sumar Gallardo, Ortega, el Enano, Villalva o Rosales, pero no alcanza.

Hoy, la falta del 9 no sólo se siente en la estadística y los resultados. El equipo lo sufre también en el funcionamiento. "Si llego al fondo y desbordo, no le puedo tirar un centro a Buonanotte, je", resume Rosales. Y luego extiende el concepto. "Un 9 fijo puede aguantar la pelota, y les da más aire a los volantes y defensores para acomodarse. Eso es más que importante en un equipo, y nosotros no somos de esa clase de jugadores, sino más vale de picar, de generar juego".

Por el momento, esta falencia de River no tiene solución, pero contar con un goleador es la prioridad de Astrada para armar el equipo del año que viene y también la de todos los candidatos a la presidencia. Caselli ya mencionó a Cavenaghi y Cvitanich, y Francescoli ya adelantó que harán falta dos hombres de área. Como patentó Passarella, otro postulante al trono, no debe ser un "refuerzo falopa". River tiene que volver a ser River. Y para eso necesita goles, muchos goles.

Fuente: Diario Olé