A Radamel no se lo puede considerar ídolo ni mucho menos. Durante sus cuatro años como profesional con la camiseta de River tuvo momentos gloriosos y otros que él y los hinchas prefieren olvidarse. Es cierto que el colombiano nunca terminó de consolidarse como un artillero de elite en Núñez, a raíz de sus problemas para concretar en los mano a mano, pero el balance final arroja que su promedio es de casi un gol cada dos partidos (0,41), una marca sumamente respetable.
Sin embargo, Falcao se ganó el cariño de la mayoría de la gente gracias al esfuerzo permanente y los goles en momentos decisivos. Algunos podrán decir que tampoco fueron muchos, pero no se le debe restar importancia al contexto en el que estuvo envuelto el Tigre durante sus cuatro años, porque River estuvo lejos de sostener un plantel durante más de seis meses y seguramente los mejores jugadores los tuvo en la primera parte del 2006, cuando el delantero estaba lesionado.
Lo cierto es que Falcao mostró que aparte de ser un jugador que deja todo en la cancha, es una persona de bien, poque pesar de que su contrato se había vencido el 30 de junio y se iba a quedar con muchísimo dinero si negociaba con el Porto por su cuenta, prefirió incluir a River en las negociaciones. De hecho, resignó parte de la deuda cercana al millón de dólares. Seguramente haya sido por las ganas que tenía de irse al Porto, pero igualmente vale destacar su gesto de agradecimiento al club que lo formó.
Fuente: LPM