miércoles, 17 de junio de 2009

Y un día volvió

Ortega se entrenó por primera vez en Ezeiza e inició así su tercer regreso a River. "Para mí es como si nunca me hubiese ido", dijo el Burrito.

Una larga, larguísima ausencia que se precipitó por sus problemas personales y una cámara indiscreta que lo descubrió saliendo en mal estado de un boliche de Palermo a la madrugada. Su exilio fue en Mendoza, con la camiseta de Independiente Rivadavia en el Nacional B y la promesa de un tratamiento. Pero el Burrito no pudo desplegar todo su fútbol en el ascenso y se tuvo que ir por la puerta de atrás, acosado por los hinchas que no soportaron sus indisciplinas del final, reflejados en sendas expulsiones ante Quilmes y Chacarita. Esto precipitó su salida y Ariel rescindió el contrato .

Como el pase nunca dejó de pertenecerle a River, su retorno era inminente. "Ariel siempre tendrá las puertas abiertas", había dicho Gorosito, "es uno de los próceres de este club", agregó. Y el día llegó, porque esta mañana Ariel se puso otra vez la pilcha de Millonario y comenzó a entrenarse con sus nuevos compañeros en Ezeiza. Hizo trabajos aeróbicos y dio el puntapié inicial para un trabajo duro que tiene como objetivo la puesta a punto pensando en el próximo Apertura. Ariel llegó a las 8.15, mantuvo una breve charla con Néstor Gorosito y volvió al ruedo.

Es muy probable que Ortega no vaya a la pretemporada que el plantel realizará en Canadá para ponerse bien físicamente en las instalaciones del Monumental, aunque la idea del cuerpo técnico es programarle una mini-pretemporada antes del receso entre el Clausura y el Apertura.