De transferible a figura de la cancha. Recuperó, tuvo control de pelota y estuvo muy cerca de abrir el partido.
De borrado a figura. De encabezar la lista de transferibles a pieza clave en esta recuperación que asomó con Astrada. De olvidado a buen complemento. La resurrección de Nicolás Domingo comenzó con el regreso del Jefe y el volante respondió nada menos que contra Boca.
"Nos dio equilibrio, tapar a Riquilme, la subida de Monzón y a partir de ahí se logra el crecimiento del equipo. También llegó dos veces a posición de gol a pesar de que no se caracteriza por ser un volante ofensivo".
El elogio de Astrada no es menor ya que apostó poniéndolo a Domingo por derecha, una posición no habitual en él. El mismo planteo hizo en el 2004 en la Bombonera, cuando se jugó con Mascherano en ese lugar dejando a Husain en el centro. Y Domingo (24 años) respondió con hechos. Recuperó ocho pelotas y tuvo control de pelota (algo que a veces le falta) y supo pasar al ataque con sorpresa. Sorpresa incluso para los defensores de Boca que no lo vieron colarse por la espalda de Paletta para aprovechar esa asistencia de Buonanotte. Iban apenas seis minutos y el derechazo cruzado se fue pegadito al palo derecho del Pato. Y hasta le metió un pase gallardiano a Gallardo en uno de las pocas contra que tuvieron en el ST. La confianza pesa, está bien claro. Y Domingo la recuperó a tiempo. Por él y por River.
Fuente: Diario Olé
Un River decadente debe recuperar la grandeza
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