Hoy River pasa sus días tratando no sólo de olvidar sus horas más tristes, sino también de forjar un presente comenzando desde cero, intentando fabricar una identidad que lo ayude a encarrilar su futuro. Pero le cuesta mucho a Pipo Gorosito comenzar a escribir la mejor historia, ya sea en el torneo local o en el continental, donde ya cuenta con una derrota en cada torneo.
En Perú, River no pudo ante un humilde pero digno rival que dio prueba de ello. Era una buena oportunidad para ganar, para tranquilizar los ánimos, alejar la ansiedad e incertidumbre que vive el equipo. Son éstos, los partidos que no se pueden perder, cuando el rival es débil hay que ganar con fútbol o con inteligencia.
Ahora se viene un Arsenal puntero, equipo al que venció en el Monumental las seis veces que lo enfrentó por torneos de AFA, aunque no todo fue negativo para los de Sarandí en Nuñez, en noviembre de 2007 dejó afuera en los penales al conjunto de Passarella en las semifinales de la Copa Sudamericana. Será que para predecir el futuro del equipo sin ser desalentador, tendremos que imaginar a un River sin Cabral, Sánchez, Archubi y Abelairas para los próximos partidos, como para empezar a pensar que los que conducen el grupo, como nosotros, desean lo mejor para el equipo.