River 1
Gimansia (J) 0
No fue un domingo más. River volvió al triunfo después de 5 encuentros y también con esa tarde hermosa, volvieron los fantasmas de un tiempo que creemos, forma parte del pasado:
La violencia que alguna vez supo estar instalada en el club. Los vallados anti-manifestaciones dieron cuenta de ello.
Desde el campo de juego surgia la preocupación habitual que transmite este plantel, la
incertidumbre de saber que ni el técnico sabe a que juegan sus dirigidos, lo que hace que los hinchas debatan sus minutos imaginando que versión de equipo verán esa tarde. Si alcanzará con los 20 minutos que pueda estar en cancha Marcelo Gallardo, con alguno de sus pases mágicos o
pelota parada para frenar la bronca del hincha ante las constantes frustraciones que genera este
plantel, que incluye por estas horas, frustraciones de perfil internacional también.
La gente fue tan determinante frente al humilde Gimnasia de Jujuy que para que entre el Muñeco, le hizo reeplantear en fracciones de segundos a Pipo Gorosito, la salida de Mauro Díaz por el intrascendente y abatido Mauro Rosales. El transcurso del partido se desarrolló de la manera habitual con que lo viene haciendo el equipo: Falta de actitud, de confianza, poco compromiso con la creación de juego, e inseguridad para entender que la victoria puede ser posible desde el primer minuto de juego.
River sigue con chances de pelear el título desde lo matemático, en lo futbolístico sus días parecen estar contados, hoy por hoy depende de los pies de Gallardo y del corazón de Falcao, los demás acompañan incluso Augusto Fernández, que tras un buen comienzo de año quedó marginado debido a su lesión. La bandera que rezaba "Gallardo y diéz más" podría haber sido más contemplativa con el colombiano.
River volvió a ganar, y si eso sucedió fue por su gente, que eligió alentar antes que insultar, la
que eligió expresar su amor a la camiseta por encima de la bronca que le transmite este plantel.
Ahi estuvo la gente de River, la de siempre, aquellos que renuevan su incondicional amor, pese a
cualquier despojo o falta de respeto que se le quiera propinar a su venerada banda roja.
La gente eligió alentar por sobre el fácil y merecido insulto, para lo demás habrá que esperar.
Un River decadente debe recuperar la grandeza
Hace 21 horas