miércoles, 17 de septiembre de 2008

Tiempo cumplido

El empate entre Perú y Argentina en tierras peruanas, dejó muchos puntos oscuros e interrogantes, no solamente en el técnico sino en todo el ambiente futbolístico del país. El futuro de la selección nacional es impredecible, y esta consecuencia se debe al nivel que presentaron sus principales referentes, entre ellos, Juan Román Riquelme.

El volante argentino llegó a sus 30 años, con la camiseta número 10 en su espalda y miles de defensores de la templanza que pone de manifiesto cuando defiende los colores de Boca Juniors, la selección nacional o como lo supo hacer en su fugaz paso por el Barcelona o en el Villarreal, donde fue el baluarte de un humilde equipo que llegó a atemorizar a los grandes de Europa.

Pero en la vida del “10” también existen los detractores, aquellos que no lo quieren en la selección nacional, a los que él acusa de hostigarlo permanentemente, descalificándolo por su poco temperamento y su serenidad ante la dinámica que presentan los partidos de una eliminatoria para un mundial, ellos son los hinchas y una parte del periodismo deportivo.
Pero en medio de esta confusión que vive el fútbol argentino, ante los resultados desfavorables y las pálidas actuaciones del “10”, estamos en nuestro sano juicio de preguntarnos si Riquelme puede seguir vistiendo la camiseta Argentina. La respuesta es no.

Los 13 títulos que carga en sus espaldas, logrados en Boca, el Villarreal y la selección no le dan crédito para mantenerse, con sus irregulares actuaciones, pálidas, deslucidas, en una selección que no conoce la gloria de un título mundial desde hace un largo tiempo.
Ídolo indiscutible en Boca, acaso otro jugador, diferente al que vemos en el conjunto de Alfio Basile, no pudo consolidar su fútbol en los últimos Juegos Olímpicos con jugadores de selecciones sub-23. Tampoco logro imponer su juego en el último mundial ni en estas eliminatorias. Demasiadas posibilidades para el presente que vive el fútbol nacional y para la calidad y cantidad de jugadores de nivel con los que ha contado a lo largo de la historia.

La gente que mira los partidos de la selección, se disgusta cuando el “10” juega la pelota para atrás, retrocede, intenta dormir un partido al que sus compañeros intentan imponerle dinámica, lo que para el análisis de sus seguidores, Riquelme juega los partidos con la cabeza.
En toda esta confusión mediática en que se encuentran los hinchas, el periodísmo juega un papel fundamental, ya que gran parte del periodismo deportivo engrandece la figura del ídolo xeneixe. Es común, escuchar en los relatos de Mariano Closs y los comentarios de Fernando Niembro, la idolatría que sienten estos por el “10”, sin realizar comentario alguno ante alguna jugada desafortunada de Román, mucho menos de algún partido donde él haya pasado desapercibido. Algo que molesta a todos y acresenta el rechazo hacia el “10” de la selección Argentina.